En este tercer episodio de Mente Reclutadora, Mabel Rosado abre la conversación hacia un tema que, aunque muchas empresas aún lo consideran opcional o un beneficio agregado, en realidad constituye un pilar esencial para el futuro del trabajo: la cultura organizacional empática y flexible. Para profundizar en este tema, Mabel conversa con Jonathan Nouel, un reconocido experto en reclutamiento, conferencista internacional y referente en gestión de talento humano, quien comparte experiencias, ejemplos y reflexiones sobre cómo las empresas pueden transformar su ADN para adaptarse a las nuevas realidades laborales.
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El episodio arranca cuestionando una creencia común: que la empatía y la flexibilidad son simples “extras” dentro del mundo corporativo. Jonathan sostiene que esta mentalidad está quedando obsoleta, ya que los colaboradores ya no buscan únicamente un empleo que les pague un salario; hoy en día desean pertenecer a organizaciones donde se sientan escuchados, valorados y comprendidos, y donde la vida personal y profesional puedan coexistir de manera equilibrada.
A lo largo de la conversación, se exploran diferentes ángulos de lo que significa construir una cultura empática. Jonathan explica que no se trata solamente de tener políticas de bienestar o programas motivacionales, sino de cultivar un liderazgo consciente que ponga a las personas en el centro. Una cultura empática comienza por reconocer que detrás de cada colaborador hay un ser humano con aspiraciones, retos personales y necesidades que cambian con el tiempo. Escuchar activamente, abrir espacios de diálogo y brindar apoyo en momentos críticos son acciones que construyen confianza y refuerzan el sentido de pertenencia.
La flexibilidad, por su parte, es presentada como un componente inseparable de esta nueva forma de gestionar organizaciones. Mabel y Jonathan analizan cómo las prácticas laborales se están reconfigurando hacia esquemas híbridos, horarios adaptados y políticas que promueven resultados en lugar de controlar horarios rígidos. La flexibilidad no solo favorece el balance entre vida y trabajo, sino que se convierte en un motor de productividad y creatividad, ya que permite a los colaboradores desempeñarse desde su mejor versión.
Uno de los puntos más interesantes del episodio es cuando Jonathan describe la empatía y la flexibilidad como parte del ADN empresarial. Para él, cuando estos valores están realmente integrados en la cultura organizacional, dejan de ser iniciativas aisladas para convertirse en un diferenciador competitivo. Las empresas que los asumen como filosofía logran atraer talento de calidad, reducir la rotación y construir equipos más resilientes y comprometidos con los objetivos de la organización.
Mabel guía la charla hacia casos prácticos y ejemplos reales, mostrando cómo estas transformaciones impactan en el reclutamiento y en la retención del talento. Se enfatiza que, en un mercado cada vez más competitivo, la capacidad de ofrecer ambientes laborales empáticos y flexibles ya no es opcional: es una necesidad para garantizar la sostenibilidad de los negocios.
El episodio también invita a reflexionar sobre los retos de implementación. ¿Qué sucede cuando la alta dirección no está convencida de la importancia de estos valores? ¿Cómo se logra que la empatía y la flexibilidad no se queden en el discurso, sino que se traduzcan en políticas claras, sistemas de medición y prácticas diarias? Jonathan responde a estas preguntas subrayando la importancia de un liderazgo transformador y del compromiso genuino por parte de todos los niveles de la organización.
Finalmente, Mabel y Jonathan coinciden en que la construcción de una cultura organizacional empática y flexible no solo beneficia a los empleados, sino también a la empresa misma y a la sociedad en general. Empresas más humanas generan colaboradores más satisfechos, clientes más leales y comunidades más fuertes. En un mundo marcado por la incertidumbre, la empatía y la flexibilidad se convierten en los cimientos sobre los cuales construir el futuro del trabajo.
Este episodio es una invitación a líderes, reclutadores, profesionales de recursos humanos y colaboradores a replantearse cómo concebimos nuestras organizaciones. No se trata de ofrecer un “beneficio extra”, sino de rediseñar el ADN empresarial para que la empatía y la flexibilidad sean principios fundacionales que guíen cada decisión.

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